Tuve la suerte en casa de que mi madre, mi padre y mis abuelos, escuchaban música clásica; tenían tocadiscos con muchos discos, entonces desde niño había música clásica en mi casa y me encantaba. De hecho, tengo el recuerdo de haber tenido 4 o 5 años de edad y tuve un momento en que me apoyé en el sillón de mi papá, mi papá puso un disco y yo lo empecé a oír y dije: “si esta música existe, entonces todo está bien”. Me encantó la música clásica; me dio confianza en la vida y siempre la escuchaba con respeto, me conmovía profundamente, me abría horizontes de vida.
Siempre escuché la música; estudié guitarra clásica, sabía leer y tocar música; además de clásica, tocaba otros géneros musicales como el folklore latinoamericano y el rock, jazz y bossanova, era guitarrista; pero notaba que siempre me gustaba mucho oír música; oír música me conmovía profundamente, de forma muy diferente a tocar. Yo tenía muy claro que oír música era una cosa y tocar música era otra cosa muy diferente. Yo siempre estaba buscando espiritualmente; había conocido Yoga, estudiaba religiones; siempre tenía una búsqueda filosófica. Desde muy joven tenía una búsqueda espiritual; me dedicaba a la meditación.
Conocí Musicosophia porque un instructor de Musicosophia España fue a México y dio cursos y me dijeron que tenía que ir; yo ya tenía compromiso para irme a meditar una semana pero el instructor ¡fue a mi casa! y me invitó y me habló de Musicosophia; me cautivó la idea de la escucha consciente de la música y fui a un curso de fin de semana y me enamoré, se me abrió un camino, el cual todavía recorro.
Desde que conocí Musicosophia en un curso de fin de semana con un Concierto para piano de Mozart, me dediqué a su estudio. Tuve la suerte de que vino a México el maestro George Balan, con sus alumnos, también profesores. Dieron cursos en México; me cautivaron todavía más, me invitaron a la Escuela de Alemania. Desde entonces, hace 30 años, me dedico a capacitarme en Musicosophia y a compartir todo lo que aprendo. Fundé Musicosophia México y también he dado cursos en Sudamérica, Italia, España y en Alemania; hace 29 años que doy clases. Es un horizonte enorme que siempre se abre y se profundiza. Es un camino que tiene mucha altura espiritual, mucha profundidad humana.
18th agosto 2021